martes, 10 de diciembre de 2019
Código QR
Cada exposición cuenta con un código QR que está enlazado a los videos donde podemos ver la elaboración de los cuadros.
El Beso de Klimt
2ª EXPOSICIÓN
EL beso de Klimt
Érase una vez un beso perdido que quería salir a encontrar el amor.
Quería ser un beso dulce, de estos eternos que paran el tiempo, haciendo que nada alrededor importe, haciendo que solo ese momento existiera.
Un beso de los que te hacen alcanzar las estrellas. Pero este beso no quería perderse y parar en alguien desconocido, o perdido en el viento ... perdido en el olvido.
Quería ser "El beso".
Quería ser ese beso eterno que siempre cuentan en las leyendas, ese beso que habla de momentos mágicos donde sólo las mariposas revolotean alrededor ese momento, que puede cambiar los destinos; no quería ser un beso perdido.
Durante años esperó, sin salir de su escondite, para no perderse, esperó para que el beso que quería ser hasta que se encontró con Klimt.
Klimt era un señor que vivía en Austria, era un buen hombre y un buen pintor. Sus obras se inspiraban en el amor, pero sobre todo en Emily, una hermosa mujer que le producía nuevas energías.
Un día Klimt salió al campo a pintar uno de sus cuadros y allí estaba Emily, rodeada de flores y mariposas. En el ambiente se notaba una claridad especial y un perfume profundo.
Se contaron cosas, compartieron risas, hasta que... el beso decidió salir, tenía una gran fuerza, iba acompañado de la pasión y el deseo.
El beso conoció el amor verdadero...y sólo fue el principio.
El principio de una bonita historia que Klimt quería dejar eterna, un instante perpetuo, algo infinito, inmutable, inalcanzable... y dibujó "El Beso".
Para darle más importancia lo dibujó muy muy grande, de 180x180 cm y utilizó pan de oro par su cuadro.
El oro, un material tan preciado, tan valioso, admirable...pues no podría ser de otra manera, pues ese beso era de vital importancia.
Era un beso de dos amantes que se querían, un beso en el lugar adecuado, idílico, en el paraíso.
No era cualquier beso era "El beso" de Klimt.
Y llegó la noche y con la noche las estrellas, inalcanzables, únicas, sin posesión, libres...
Un beso dulce y prolongado, maravilloso, de esos que se hacen eternos y paran el tiempo, de los que te evades y no sientes lo que hay alrededor, de cuentos de príncipes y princesas que duran toda la vida. El beso deseado "Un beso de amor".
Érase una vez un beso perdido que quería salir a encontrar el amor.
Quería ser un beso dulce, de estos eternos que paran el tiempo, haciendo que nada alrededor importe, haciendo que solo ese momento existiera.
Un beso de los que te hacen alcanzar las estrellas. Pero este beso no quería perderse y parar en alguien desconocido, o perdido en el viento ... perdido en el olvido.
Quería ser "El beso".
Quería ser ese beso eterno que siempre cuentan en las leyendas, ese beso que habla de momentos mágicos donde sólo las mariposas revolotean alrededor ese momento, que puede cambiar los destinos; no quería ser un beso perdido.
Durante años esperó, sin salir de su escondite, para no perderse, esperó para que el beso que quería ser hasta que se encontró con Klimt.
Klimt era un señor que vivía en Austria, era un buen hombre y un buen pintor. Sus obras se inspiraban en el amor, pero sobre todo en Emily, una hermosa mujer que le producía nuevas energías.
Un día Klimt salió al campo a pintar uno de sus cuadros y allí estaba Emily, rodeada de flores y mariposas. En el ambiente se notaba una claridad especial y un perfume profundo.
Se contaron cosas, compartieron risas, hasta que... el beso decidió salir, tenía una gran fuerza, iba acompañado de la pasión y el deseo.
El beso conoció el amor verdadero...y sólo fue el principio.
El principio de una bonita historia que Klimt quería dejar eterna, un instante perpetuo, algo infinito, inmutable, inalcanzable... y dibujó "El Beso".
Para darle más importancia lo dibujó muy muy grande, de 180x180 cm y utilizó pan de oro par su cuadro.
El oro, un material tan preciado, tan valioso, admirable...pues no podría ser de otra manera, pues ese beso era de vital importancia.
Era un beso de dos amantes que se querían, un beso en el lugar adecuado, idílico, en el paraíso.
No era cualquier beso era "El beso" de Klimt.
Y llegó la noche y con la noche las estrellas, inalcanzables, únicas, sin posesión, libres...
Un beso dulce y prolongado, maravilloso, de esos que se hacen eternos y paran el tiempo, de los que te evades y no sientes lo que hay alrededor, de cuentos de príncipes y princesas que duran toda la vida. El beso deseado "Un beso de amor".
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