KANDINSKY
ESTUDIO DE COLOR
Kandinsky nació muy
lejos de aquí, en Rusia en 1866, . Tuvo la suerte de nacer en una
familia de clase media alta y se podía permitir recibir clases de piano y
violonchelo.
Pero
con el tiempo sus padres se separaron, y le afectó muchísimo, entonces su tía
decidió prestarle mucha atención al ver su gran tristeza.
Cada
noche le contaba cuentos y habitualmente le llevaba a ver exposiciones
culturales y artística.
Ese
dolor, por la separación de sus padres, lo gestionó creando un mundo interior en
un pequeño cuaderno que siempre llevaba consigo, donde dibujaba continuamente
todo lo que le pasaba por su cabeza, desde sus sentimientos, hasta sus sueños,
donde en ellos conseguía llegar a un mundo mágico de colores y estos tenían un
significado muy claro para él:
El
amarillo, le transmitía energía e intensidad como el sol, el azul, color
celestial, elemento de la calma que crea profundidad como el cielo y el rojo,
color inquieto, impulsivo, lleno de vida y de fuerza, cálido por excelencia.
También
dibujaba los colores de la naturaleza, improvisaba, hacía composiciones,
expresaba sentimientos, en fin, en esa libreta apuntaba todo lo que se le
ocurría, hasta el punto que gracias a ella se basó para hacer un libro: “Punto
y línea sobre el plano”; tres elementos muy importantes para la pintura que
permiten crear una obra de arte.
Fue
creciendo y estudió pintura, dibujo, derecho y economía; lo que le permitió
convertirse en un gran profesor.
Estaba
casado con Anna Chemyakina, pero al poco tiempo se divorció porque conoció a la
artista Gabriele Münten, con la que viajó por toda Europa pintando y participando
en numerosas exposiciones sin éxito.
Esta
situación le llevó a divorciarse y a casarse con la hija de un general ruso
llamada Nina.
En
esta época trabajó para la educación en un proyecto para la reforma del sistema
educativo de las Escuelas de Arte.
Se
mudaron a Francia y conoció a Arthur Schoenberge, con el que mantuvo una
estrecha relación de amistad, pues Kandinsky estaba convencido que la pintura y
la música están muy unidas, aunque Arthur como músico no estaba muy de acuerdo,
pero le parecían divertidas las asociaciones de Kandinsky, como aplicar las
matemáticas, nada menos, para evocar las más profundas emociones.
Una
noche Kandinsky entró en su estudio y se quedó fascinado al ver una de sus
propias pinturas expresionistas entornada al revés.
Anonadado,
le pareció de extraordinaria belleza lo que estaba frente a él, no había nada
reconocible en ella, pero la obra poseía una abrumadora fuerza.
Fue
entonces cuando unas explosiones de ideas le vinieron a la mente y se percató
del potencial y el poder de la abstracción. Esta relación cambiaría la historia
del arte para siempre.
Hasta
aquellos tiempos, el arte siempre había estado muy cercano a la realidad, pero
Kandinsky fue el primero en perder el miedo y adentrarse en una pintura que
revolucionaría y provocaría el rechazo de muchos.
Explorando
sin cesar las posibilidades del color y la forma, seguía intentando expresar la
emoción interna.
Pretendía
ligar el arte puramente abstracto a la naturaleza y al universo, donde las
formas circulares pueden ser planetas, aludiendo a imágenes cósmicas y los
colores afectan a quien los contempla.
Quería que su arte fundiera
la percepción del oído y la vista y que una vez más sus pinceladas fueran notas
y sus composiciones melodías