ILUSIÓN-ARTE
¡¡Bienvenidos a una nueva edición de ilusión-arte !!
Seguimos en la misma línea iniciada el curso pasado. Nuestra galería se abre de nuevo para acoger nuevas obras y nuevos autores. Empezamos con "Da Vinci" y "La Mona Lisa".
Este es el cuento introductorio con el que empezamos:
“La Mona Lisa”
- Observad este cuadro -
dijo la maestra dirigiéndose a un grupo de niños. El autor es Leonardo Da
Vinci,
Leonardo nació en Italia, en Vinci, de ahí que se llamase
Leonardo Da Vinci. Antes no tenían apellidos por lo
que el nombre se completaba con el lugar donde habías
nacido.
Representa una dama sentada, de media figura y vuelta hacia
un lado, su mirada es especial, si te pones frente
al cuadro y te mueves hacia la derecha o hacia la izquierda,
da la sensación de que te sigue allá donde vayas,
curioso, ¿verdad?
-¡Profe! ¿Y sobre qué material está dibujado? – la
interrumpe uno de los niños.
- Sobre una tabla de madera de álamo, pero… ¿ No os llama
la atención que al rostro le falta algo?
(Los niños empiezan a levantar la mano,
muy impacientes por contestar)
Dime Nicolás, ¿Qué es lo que te llama la atención?
-¡Que no tiene ni cejas, ni pestañas!
-Eso es, no está muy claro el motivo, pero parece ser que
en aquella época, en Florencia era la moda.
…Era un 21 de agosto, hacía mucho calor y Vicenzo, un señor
italiano de unos 30 años de edad,
se encontraba en el Louvre, en París, de vacaciones.
En medio de todo el murmullo de los niños, muy motivados
por aprender, él se encontraba concretamente
sentado frente el
cuadro de Leonardo Da Vinci, “La Gioconda”.
-¡Chicos! ¡Chicos! ¡Atended! Aún siguen investigando quién
es esta bella dama. Se cree que se trata de Lisa,
una linda joven que
estaba casada con un banquero ricachón, llamado Francesco de Giocondo y de ahí
el sobre
nombre de “
Gioconda”.
-¡Pero profe! Mi padre dice que este cuadro se llama “La
Mona Lisa”.
- Sí, Amelí, tu padre tiene razón, también se llama así
porque “Mona” es lo mismo que “Madonna”, una palabra italiana que significa
“Señora”, así que “Mona Lisa” es “La Señora Lisa” y… ¿Os habéis fijado en
la boca?
_ ¡Sí, está
feliz porque sonríe!
_ ¡Eso no es verdad, no sonríe!
_Bueno, tranquilidad, la boca es lo más intrigante del
retrato, está por descubrir, o tal vez nunca lo sepamos.
… Vicenzo ensimismado en su mundo, seguía observando a su
alrededor, escuchaba a los niños de fondo, pero empezó a darse cuenta de la
cantidad de cuadros que habían traído de Italia para enriquecer a los museos
franceses.
Entonces
pensó en recuperar a la Mona Lisa, por tratarse de una de las pinturas más
renombradas de su país, además de su tamaño pequeñito (77x55cm), fácil de
arrancar de la pared y esconderlo debajo de su blusa.
Sus pensamientos
se vieron sobresaltados cuando uno de los niños le preguntó:
-Usted, qué cree, ¿Es feliz “La Mona Lisa”?
Vicenzo, volviendo a la realidad le contestó: -Yo diría que
sí, porque sus manos apoyan en su vientre.
¡Como si estuviera
embarazada!
-¡Profe! ¡Profe!...
-Bueno chicos…, ¡silencio…!, vamos a otro cuadro que
también es muy famoso.
Se produjo un silencio en la sala y
Vicenzo seguía allí sentado sólo, sudando, muy nervioso, agobiado por sus
pensamientos… Cuando de repente… No lo pensó más, lo cogió, lo escondió y salió
a toda prisa hacia su hotel. Nadie se percató. Cuando
pasaron unas horas se dieron cuenta de la desaparición, los periódicos
empezaron a expandir la noticia, creó una gran conmoción por todo el
mundo.
Vicenzo , una vez en su hotel, muy
inquieto, cogió el billete de tren hasta Florencia, su hogar, llevando el
cuadro consigo, sabiendo que si alguien lo sorprendía podría ir a la cárcel,
pero él, estaba seguro de que
lo hacía por una buena
causa.
Después
de un largo viaje, fue a visitar a un amigo muy conocedor del arte que confiaba
en que lo apoyaría en su locura y que juntos lo
devolverían con honor al lugar donde le corresponde, al museo de Florencia.
Pero fue
traicionado por su amigo, resultó ser un falsificador que quería hacer seis
copias de la obra y venderlas como si fueran la auténtica.
Mientras tanto
pasaba el tiempo y el Louvre no tenía noticias del cuadro ni del ladrón.
Vicenzo se sentía muy triste por la deslealtad de su amigo
y fue a confesarse a un sacerdote.
Allí las iglesias eran edificios impresionantes. El
sacerdote era conocido por su familia de toda la vida;
Le contó la traición y el motivo del robo. El sacerdote muy
comprensivo le dijo:
-Venero tu obra, pero tienes que entender que no has
actuado bien. Te voy a contar la verdadera historia para que entiendas por qué
esta obra debe estar en el Louvre.
Da Vinci era muy amigo de los reyes de Francia y él mismo se lo
regaló por lo que debes ir a la policía para que entre todos recuperemos el
cuadro.
- Perdóneme, yo
lo hacía por mi país.
- Estás perdonado, pero debes de colaborar urgentemente con
la policía.
Vicenzo fue a la policía, se entregó, dio toda la
información y consiguieron recuperar el cuadro después de dos años perdido.
Le metieron en
la cárcel con una condena de un año, pero por su buena conducta fue puesto en
libertad a los seis meses.