domingo, 11 de octubre de 2020

Ilusión-arte 2020-21

 ILUSIÓN-ARTE

¡¡Bienvenidos a una nueva edición de ilusión-arte !!

   Seguimos en la misma línea iniciada el curso pasado.  Nuestra galería se abre de nuevo para acoger nuevas obras y nuevos autores.  Empezamos con "Da Vinci" y "La Mona Lisa".

Este es el cuento introductorio con el que empezamos:

“La Mona Lisa”

- Observad este cuadro - dijo la maestra dirigiéndose a un grupo de niños. El autor es Leonardo Da Vinci,

Leonardo nació en Italia, en Vinci, de ahí que se llamase Leonardo Da Vinci. Antes no tenían apellidos por lo

que el nombre se completaba con el lugar donde habías nacido.

Representa una dama sentada, de media figura y vuelta hacia un lado, su mirada es especial, si te pones frente

al cuadro y te mueves hacia la derecha o hacia la izquierda, da la sensación de que te sigue allá donde vayas,

curioso, ¿verdad?

-¡Profe! ¿Y sobre qué material está dibujado? – la interrumpe uno de los niños.

- Sobre una tabla de madera de álamo, pero… ¿ No os llama la atención que al rostro le falta algo?

(Los niños empiezan a levantar la mano, muy impacientes por contestar)

Dime Nicolás, ¿Qué es lo que te llama la atención?

-¡Que no tiene ni cejas, ni pestañas!

-Eso es, no está muy claro el motivo, pero parece ser que en aquella época, en Florencia era la moda.

 

…Era un 21 de agosto, hacía mucho calor y Vicenzo, un señor italiano de unos 30 años de edad,

se encontraba en el Louvre, en París, de vacaciones.

En medio de todo el murmullo de los niños, muy motivados por aprender, él se encontraba concretamente

 sentado frente el cuadro de Leonardo Da Vinci, “La Gioconda”.

 

-¡Chicos! ¡Chicos! ¡Atended! Aún siguen investigando quién es esta bella dama. Se cree que se trata de Lisa,

 una linda joven que estaba casada con un banquero ricachón, llamado Francesco de Giocondo y de ahí el sobre

 nombre de “ Gioconda”.

-¡Pero profe! Mi padre dice que este cuadro se llama “La Mona Lisa”.

- Sí, Amelí, tu padre tiene razón, también se llama así porque “Mona” es lo mismo que “Madonna”, una palabra italiana que significa “Señora”, así que “Mona Lisa” es “La Señora Lisa” y… ¿Os habéis fijado en la boca?

_ ¡Sí, está feliz porque sonríe!

_ ¡Eso no es verdad, no sonríe!

_Bueno, tranquilidad, la boca es lo más intrigante del retrato, está por descubrir, o tal vez nunca lo sepamos.

 

… Vicenzo ensimismado en su mundo, seguía observando a su alrededor, escuchaba a los niños de fondo, pero empezó a darse cuenta de la cantidad de cuadros que habían traído de Italia para enriquecer a los museos franceses.

   Entonces pensó en recuperar a la Mona Lisa, por tratarse de una de las pinturas más renombradas de su país, además de su tamaño pequeñito (77x55cm), fácil de arrancar de la pared y esconderlo debajo de su blusa.

 

Sus pensamientos se vieron sobresaltados cuando uno de los niños le preguntó:

-Usted, qué cree, ¿Es feliz “La Mona Lisa”?

Vicenzo, volviendo a la realidad le contestó: -Yo diría que sí, porque sus manos apoyan en su vientre.

 ¡Como si estuviera embarazada!

-¡Profe! ¡Profe!...

-Bueno chicos…, ¡silencio…!, vamos a otro cuadro que también es muy famoso.

   Se produjo un silencio en la sala y Vicenzo seguía allí sentado sólo, sudando, muy nervioso, agobiado por sus pensamientos… Cuando de repente… No lo pensó más, lo cogió, lo escondió y salió a toda prisa hacia su hotel. Nadie se percató. Cuando pasaron unas horas se dieron cuenta de la desaparición, los periódicos empezaron a expandir la noticia, creó una gran conmoción por todo el mundo. 

 

   Vicenzo , una vez en su hotel, muy inquieto, cogió el billete de tren hasta Florencia, su hogar, llevando el cuadro consigo, sabiendo que si alguien lo sorprendía podría ir a la cárcel, pero él, estaba seguro de que lo hacía  por una buena causa.

   Después de un largo viaje, fue a visitar a un amigo muy conocedor del arte que confiaba en que lo apoyaría en su locura y que juntos lo devolverían con honor al lugar donde le corresponde, al museo de Florencia.

Pero fue traicionado por su amigo, resultó ser un falsificador que quería hacer seis copias de la obra y venderlas como si fueran la auténtica.

Mientras tanto pasaba el tiempo y el Louvre no tenía noticias del cuadro ni del ladrón.

Vicenzo se sentía muy triste por la deslealtad de su amigo y fue a confesarse a un sacerdote. 

Allí las iglesias eran edificios impresionantes. El sacerdote era conocido por su familia de toda la vida;

Le contó la traición y el motivo del robo. El sacerdote muy comprensivo le dijo:

-Venero tu obra, pero tienes que entender que no has actuado bien. Te voy a contar la verdadera historia para que entiendas por qué esta obra debe estar en el Louvre.

 Da Vinci era muy amigo de los reyes de Francia y él mismo se lo regaló por lo que debes ir a la policía para que entre todos recuperemos el cuadro.

- Perdóneme, yo lo hacía por mi país.

- Estás perdonado, pero debes de colaborar urgentemente con la policía.

Vicenzo fue a la policía, se entregó, dio toda la información y consiguieron recuperar el cuadro después de dos años perdido.

Le metieron en la cárcel con una condena de un año, pero por su buena conducta fue puesto en libertad a los seis meses.


7ª Exposición: Frida

 Ésta es la última exposición de este curso: